
Combinando simulaciones en 3D de alta resolución con novedosas técnicas de análisis por ordenador, el investigador Colin McHenry ha demostrado que el temible tigre con dientes de sable Smilodon fatalis, que desapareció de la faz de la Tierra hace 10.000 años, mordía con menos fuerza que los actuales leones (Panthera leo). Entonces, ¿cómo eran capaces de dar caza y matar, de forma casi instantánea, a bisontes, caballos e incluso a un enorme mamut? Según han averiguado McHenry y sus colegas de la universidad australiana de Newcastle, est tigre prehistórico contaba con potentes extremidades y garras afiladas preparadas para abatir y paralizar a su presa antes de clavarle los dientes. Al inmovilizarlas, podían aplicar toda la fuerza de sus músculos cervicales en la mordida, normalmente directa al cuello, provocando una muerte muy rápida. En contraste, los leones necesitan morder de forma prolongada, a veces durante varios minutos, para acabar con la vida de sus presas más voluminosas. Ya lo dice el refrán: más vale maña que fuerza.
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