
La búsqueda de los límites del cuerpo humano a veces trae consecuencias desagradables. Por ejemplo, la lesión sufrida ayer por el levantador de peso húngaro Janos Baranyai, que no pudo soportar los 148 kilos de arrancada y su codo cedió hasta dislocarse. Aviso que el vídeo de una lesión tan extrema no es agradable… Por otro lado me gustaría comentar la extraña manera en que los voluntarios chinos ocultaban al lesionado mientras las televisiones emitían el desgraciado accidente en todos los ángulos posibles.
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