Y como no podía ser de otra manera, iliplense también dejo huella en su pueblo, y fue parte de este crucifijo expuesto en la columna de la puerta del buey, después de 17 veranos y 17 inviernos que pasaron por el, aun se mantiene en pie, ni con las piezas mas diminutas de los adornos, a podido el oxigeno del agua de lluvia, ni tampoco las dilataciones del los veranos calurosos en Huelva. Parece como si no pasara el tiempo por el.
martes, 15 de abril de 2008
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